Porno para
mamás, apología a la sumisión de la mujer, machismo en estado puro…blablablá.
Desde mi
opinión personal (de lectora a la que los tres libros le duraron más de una
semana, y que confiesa habérselos leído más de una vez), quedé encantada con la
trilogía…al paso que los leía me iban gustando más. El que menos me gustó fue
el primero.
No creo
necesario resumiros la novela, pero sí he leído resúmenes de críticos que desde
sus webs escribían “sexo-paliza-sexo”.
Vale. Que
hay sexo, no se puede negar, que nuestro querido Grey le da de vez en cuando una
tunda que no veas, vale también. Pero ¿y el amor?
Que seré yo
la ñoña, de esas que esperan que al final de la peli porno él le pida la mano
(para casarse, no para que le acaricie el pene), pero cuando me leía la
trilogía, leía una historia de amor increíblemente bonita.
Lo más
fácil es criticar diciendo “claro, cualquiera querría a un machote
multimillonario que te consienta todos
los caprichos, que compre la empresa donde trabajas para hacerte dueña a ti, y
si de paso te pega unos polvos con los que te traslada al séptimo cielo, pues
mejor”.
Pues no. Al
menos en primer término, no.
También he
leído que “él ejerce tal presión sobre ella que se vuelve objeto del deseo, ella
no cuenta para nada, sólo quiere satisfacerlo en todo lo que le pide”.
Pues
tampoco.
Yo veo en
ellos una pareja perfecta. Cada uno con sus cosas. Sus manías, sus límites
infranqueables, y sus negociaciones. Como cualquier otra, che.
Veo también
que ella ejerce más poder sobre él que al revés.
Veo que
Christian despierta en Ana un lado de su personalidad que ella no conocía,
y que ella está encantada. Y viceversa.
A caso no
es bonito tener el poder de, sólo con tu personalidad, hacer que un chico reacio
a todo tipo de amor, se enamore de ti hasta el punto de respirar sólo porque tú
respiras? Madre mía.
Pero
volvamos a eso de que ella está encantada.
Ana se
inicia en el mundo del sexo por él y con él. Sé que por satisfacer los gustos
del Presidente de Grey Interprises Holdings, Inc., ella hace cosas que ni
siquiera sabía que existían. Pero ¿puede decirme alguien en qué parte del libro
ella afirma no querer hacer algo? Y si se da tal caso, decide parar, por
petición de él.
Y digo todo
esto porque me consta que esta trilogía ha servido para que muchas chicas de
repente empiecen a confiar en sí mismas, en el poder que, sin darse cuenta,
ejercen sobre sus parejas, o pueden llegar a ejercer, si se lo creen. No poder
de mandar más, hablo de un poder bonito, joder. Un poder de esos que hacen que
tu pareja sienta cosas que jamás antes sintió.
De repente
todas hemos descubierto nuestra diosa interior, esa que estaba sentada en un
sillón leyendo las obras completas de Charles Dickens, como la de Ana.
¿Y qué hay
de malo en que las lectoras de la novela (supongo que no todas) se sientan más
seguras de sí mismas gracias a la lectura? ¿A caso es absurdo que a raíz de
ella, se hayan despertado en sus cabezas y en sus cuerpos gustos nuevos,
actitudes nuevas, se atrevan a más cosas? Si yo fuera hombre y la trilogía
hubiese causado ese efecto en mi mujer, estaría encantado, y enviaría una
botella de Bollinger a la autora en señal de agradecimiento. Bollinger Grande
Année Rosé 1999.
Un libro de
puede leer desde muchas ópticas. Si empezamos con él desde un punto de vista
crítico, no nos va a gustar.
A veces a
medida que leemos nos sorprende, y nos enganchamos.
He visto a
muchísima gente que va leyendo en el metro con el libro forrado en papel de
periódico para que el reto no vea qué leen. Doble moral, lo llaman, creo. Eso
es absurdo. Yo digo bien alto, “Sí, me leí 50 Sombras de Grey, además lloré
como una pava en ciertas partes del libro, y flipé viendo el cambio que él
daba, simplemente por amor”.
Y soy una
defensora férrea del efecto que causa la lectura sobre las personas. Sea bueno
o malo.
Y me parece
que hasta cierto punto esta novela tan criticada tiene una función de
autoayuda, porque muchas mujeres se atreven a verse sexys, a probar cosas con
sus parejas que antes eran tabú, tienen una actitud más abierta y menos tímida.
E.L. James,
desde su despacho y cara al ordenador, ha ayudado a muchas parejas a mejorar su
vida sexual.
Y a mí eso
me parece simplemente maravilloso.
¡Aquí me encontraréis!
Has dado en el clavo, pequeña!!! Te hago la ola y todo por tu opinión sobre el libro. Yo también puedo decir que lo he leído y que mi novio está leyéndolo. Y opino lo mismo que tú, si fuese hombre. Mi novio hasta me lo dijo, estaba encantado.
ResponderEliminarNo es por ofender tu opinión, después de leer tantos libros de éste género, no es el mejor que hay!!!
Un besito Mara!!
Muy bueno lo de las pelis porno… me lo volvere a leer… ya sabes q esta vez desgranare el libro
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