viernes, 28 de noviembre de 2014

La diferencia entre estar en paro y estar parada

Me hace mucha gracia, por no decir que me toca…los pies, que cuando te preguntan y dices que llevas tres años en el paro, haya gente que automáticamente sienta lástima por ti, pero me los toca aún más (los pies) que asocien el estar en paro con el estar parada.

 Yo llevo tres años en el paro, pero no he estado parada ni un santo día de mi vida.

Y lo que voy a decir a continuación no es ninguna especie de justificación, porque nunca he necesitado ni querido justificarme por nada y ante nadie en mi vida, porque tampoco he hecho nada tan malo como para tener que hacerlo, y si lo he hecho, no me han pillado.

Yo me levanto cada día a las 8.00/8:30 de la mañana y en cuanto me bebo el café y soy persona, examino mi casa para saber por dónde empezar. Casi siempre mi madre ha fregado los platos ya, y siempre sale ella a comprar, pero comedor, baño, habitación y ropa son para mí.

Como es algo que llevo haciendo desde hace 14 años, antes de una hora he terminado. 
Vale, toca preparar las clases de la tarde, y después seguir con el inglés.
 Y cuando levanto la vista de los ejercicios y los apuntes son las 14:00. Así que ponemos la mesa, y cuando llegan los hombres, a comer.
Después de fregar y hablar con mi otra mitad, son ya 15.30. Me visto y sigo con el inglés media horita, porqué a las 16:00 (que nuuuunca son las 16:00) llegan los primeros de la tarde. A clase. Y hasta las 19:00 (y hay días que las 20:00), estamos haciendo deberes, explicando cosas nuevas, corrigiendo redacciones, preparando exámenes próximos…
Y ya casi al final de la tarde veo a mi amor, sólo un ratito porque normalmente los dos estamos cansados y lo que queremos es vernos e irnos a casa a ponernos el pijama.
 Siempre digo que soy novia menos tiempo al día del que quisiera.

Para cuando vuelvo a casa son las 21:00 y los días que no me toca hacer la cena, aprovecho para ver la tele un rato o para leer o para escribir, hasta la hora de cenar. 

Así que cuando acabo de cenar, y ha pasado un tiempo prudente para que no me siente mal la cena, me voy a la cama. Eso suele ser allá a las 22:30. Donde veo algo que me guste, o hablo un poco más con mi otra mitad.

Y siempre antes de las 23:30 estoy tan sobada que si el AVE decidiera desviar su camino y pasar por encima de mí, seguramente ni me enteraría.

Ale, a ver si eso es ser una mujer parada. Yo creo que no.

Porque señores, en mi caso, no es lo mismo estar en paro, que parada.


¡Aquí me encontraréis!



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