Llevo casi 25 años oyendo que la familia es lo único en esta
vida que no se elige.
Que es lo que hay, que al final es lo que queda, que la
familia siempre está ahí…
Y una mierda.
La familia se puede elegir igual que se eligen los amigos.
En la amistad, puedes decidir si romper una
relación, o si seguir adelante con ella. Tú conoces a alguien, que por
supuesto, a priori es una persona maja, guay, de puta madre…salís, os contáis vuestras vidas, os juráis amistad verdadera para siempre...hasta que empiezas
a conocer a la persona, claro. Y de repente empiezas a ver cosas con las que no
te sientes identificada, y dices uy no…a mi esta pendeja (o pendejo) no me va,
pasando y que le den, que de gente está el mundo lleno.
Otras veces tienes una amistad desde la infancia. Te plantas con 24 años y te das cuenta de que sigues aguantándole los caprichos, las malas contestaciones, las señales EVIDENTES de conveniencia...y te hartas. Te hartas porque no tienes necesidad de seguir con eso. Aunque por lo que ha habido no discutes, simplemente un día dejas de llamar, y ves que tu teléfono no suena. Se acabó. No le paso ni una más.
Vale, eso lo hemos hecho todos.
¿Y la familia? Pues se puede hacer lo mismo.
Hay alguien (sea el grado de consanguinidad el que sea) que
lleva puteándote a ti o a los tuyos durante muchos años, al que
aguantas precisamente por eso, porque es de tu familia.
¿Y eso por qué? Pues si se le tiene que mandar bien lejos y
a otra cosa mariposa, se le manda.
Estoy harta de ver madres, padres, abuelos, tíos, suegros,
primos…complicándose la vida y queriéndose
muchito. Sobre todo en Navidad (oh sí, Navidad, dulce Navidad).
Pues no oiga, que usted llevará la misma sangre que yo, pero
no me complica la vida más. Que no peleo más, ni me callo ni me aguanto, ni
finjo quererle, ni siquiera soportarle, porque usted no se lo merece.
Yo sí he elegido a mi familia. Estoy con la gente que quiero
estar. No aguanto tonterías de la cara B
de mi familia, porque ya no tenemos edad, ni ganas, ni humor para aguantarlas.
Tengo familia de sangre, y familia de corazón. Y casualmente
se ha portado conmigo mejor mi familia de corazón que la de sangre.
¿No hay hermanos que se traicionan entre ellos? Padres que claramente muestran preferencia sobre uno de sus hijos que sobre el resto, padres que no apoyan a los hijos en sus decisiones, abuelos que parece que sólo tienen un nieto o dos, cuando en realidad igual tienen seis o siete. Elegid con quien canalizar vuestras energías y buen rollo, quered y cuidad a la gente que os quiera y os cuide. El apellido es lo de menos.
Pero a ver, que no voy de independiente ni de que no quiero
a mi familia, lo único que pasa es que yo quiero a quien me quiere a mí, y de
la misma forma que me quieren a mí.
Y sí, un tío, abuelo, primo o hermano siempre será tu tío,
abuelo, primo o hermano, por mucho que no os habléis y tal, pero es que a caso,
¿cuando mandáis bien lejos a un amigo, no queda esa persona como el que fue
vuestro amigo durante un tiempo?
Solo digo que a la familia y a los amigos hay que quererlos,
pero hay que quererse más a uno mismo.
Tu madre y tu padre te querrán más que a su vida, eso suele
ser cierto (SUELE), pero nunca te querrán más de lo que te quieres tú, y si tú
te quieres, entonces tendrás la capacidad de decidir cómo quieres querer, y cómo quieres que
te quieran.
¡Aquí me encontraréis!
Amen hermana, si yo te contara de mi sangre
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