lunes, 1 de diciembre de 2014

Esos días

Qué malos son esos días en los que todo te pesa. Que te pesa hasta el alma, que diría alguna folklórica.

Me refiero a esos días en los que todo está negro. Y lo más curioso es que no todo está negro, pero en esos momentos perdemos la capacidad de ver más allá. Algo así como la lucidez.

Hay días en los que te levantas y desde que abres un ojo, sonríes.
Sonríes porque sí. Porque estás viva, porque tu familia está bien, porque él está bien, porque por casa las cosas van mejorando..., y viendo todo eso, piensas que en general tu vida está bien, y te sientes contenta por ello, aunque lo que tú más ansías parece que no llega nunca.

Pero hay otros…ay los otros…hace unos días pasé por un par de días de esos.

También hay días en los que te levantas y dices joder, otro día más, y el móvil sin sonar. Y todos tus males se reducen a uno; benditas las ganas que tienes de poderte ir a trabajar. Pero benditas de verdad, no en plan irónico.
Porque a la vez que estás enviando curriculums a empresas varias, te estás dando cuenta de que no sirve absolutamente para nada. Siempre habrá alguien con más enchufe que tú, con un curriculum mejor que tú, o simplemente que esté en el momento y lugar adecuados, cosa que tú no. Y es que ya no sabes cuál es el momento y lugar adecuado, o almenos cuáles serán el momento y lugar adecuados para tí.

Y te entran unas ganas enooormes de ir y comprarte el capricho más guarro y con mayor índice calórico (el que más engorde, coño), del supermercado, algo así como un donut de chocolate, relleno de chocolate, con fideítos de chocolate por fuera, pero luego recuerdas que estás a dieta y entonces es cuando dices ay, me quiero morir.

Y lo pagas con todo dios. Pero hasta con la pobre comercial que te llama para ofrecerte una oferta de no se qué coño (con esa más). 
Pero tampoco es tristeza, es algo así como bajón-empanada mental. Estás asocial, así lo llamas tú, porque no te apetece estar con nadie, pero a la vez es cuando más necesitada estás de mimos. Pero sólo mimos. Sin hablar. Joder, qué complicada eres, chica.
Y no tienes ganas de hacer nada, porqué todo tiene más importancia de la normal, y todo te importa una mierda. Lees y a las 10 páginas tienes que volver atrás porque no te has enterado de nada.

Oye es que te sabe mal todo, sientes empatía por demasiada gente, y eso te amarga la vida.

Pero bueno, afortunadamente esos días son pocos, ocurren una vez a las tantas. Y poco a poco, sin darle demasiada importancia, pasas de puntillas, y de repente un día vuelves a estar bien, a sonreír, y a encontrarle sentido a todas esas cosas que ayer o anteayer no la tenían.

 De repente las cosas tienen parte positiva.

Aunque te hayas quedado sin el donut de chocolate, relleno de chocolate, con fideítos de chocolate por fuera, y el móvil tampoco haya sonado.

Yo creo que lo importante no es evitar los días malos, sino no perder la capacidad de salir de ellos y volver a sonreír.



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2 comentarios:

  1. No eres la única que pasa por momentos que te quieres comer el supermercado entero, aquí la menda también tiene momentos de que todo es una mierda y que se vayan todos a tomar viento y muy lejos pero, como todo hay días que todo es muy, muy, muy negro y otros no tanto (en mi caso). Que tengas un buen día!!!

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  2. Hoy es mi dia de estoy tan sensible y no quiero saber como abanzan las vidas de los demas y la mia no, asi q hoy me bajo del tren de hablar con gente y me quedo en la estacion a pensar, en el proximo q rumbo tomo… vaya semana de mierda y encima navidades…

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