jueves, 30 de octubre de 2014

La interminable lucha entre el debo, el quiero, y el puedo.

(Iba a escribir una entrada semanal, cada domingo , pero me he dado cuenta de que lo he cogido con más ganas de las que me esperaba).
Al lío.

"Debo acostarme pronto porque mañana madrugo."
"Tengo que hablar con fulanita para ver si podemos quedar la semana que viene y cerrar no se qué trato."
"Te llamo y quedamos para por la tarde, y nos veremos (justo) a la hora que hemos acordado", que por otro lado, es la misma de siempre.
"No puedo ir a ese restaurante por el que babeo  cada vez que lo veo, porque luego me paso la semana maldiciendo este renglón nuevo que me ha salido entre la espalda y el culo".
"Tengo que aprovechar las botas reventadas de hace tres años, porqué debo gastar mi dinero en cosas más útiles", como por ejemplo, un paquete de tabaco tras otro.
Y así una lista infinita de debo, tengo…
¿Y el quiero, me apetece, o simplemente me lo regalo?

Vivimos rodeados de verbos imperativos, ¡qué rollo!
A ver, que ya vamos teniendo una edad y está claro que tenemos ciertas (muchas) obligaciones, quehaceres diarios… pero no podemos vivir por y para las obligaciones.

Que está muy bien eso de ir a trabajar todos los días (el que tenga trabajo, claro, qué risa), rectos como un palo y obedecer en todo lo que nos manden y tal.
Que está claro que no podemos pasarnos la vida visitando restaurantes italianos para meternos una pechá de pizza o pasta entre pecho y espalda, ni tampoco debemos comprar a la ligera…
Pero, ¿qué pasa si un día hacemos algo que no esté esquematizado ni apuntado en nuestra agenda (esa de Mr. Wonderful que taaaaanto nos costó conseguir)?

Te levantas un día, y te vas a por ese alguien que hace tanto que no ves, (si ves que tal llama media hora antes por si lo pillas ocupado de verdad), te vas al mejor restaurante italiano (baratillo eso sí) y te metes una pizza familiar con dos litros de Coca Cola pal body.
De repente pasas por una tienda y ves algo que sin hablar te está llamando.
La parte racional dirá nooooo pero tu parte pasional, ésa que sacamos más bien poco a pasear, te hará entrar, y con los ojos medio tapados, gastarte ese pellizquito que antes gastabas igualmente en chorradas y volaba sin darte cuenta.
Y si de repente, das con un libro bonito, entretenido, o simplemente te ves enganchada a él, y te quedas hasta las 4 de la madrugada leyendo, nadie te va a martirizar. Nadie excepto el dolor de cabeza y las ojeras de mapache al día siguiente. Pero somos mayorcitos y asumimos la responsabilidad. Eso y un termo de café de cinco litros, por favor.
De repente quedas con alguien que hace siglos que no ves, una cosa lleva a la otra, cena, una copa, dos, tres…siempre y cuando no conduzcas, ¿qué más da llegar un día a casa borracha como una cuba? ¿Las formas? Las formas no se pierden por ir piripi, y quien pierde las formas por ir piripi, es que nunca tuvo formas.

Que no pasa nada porque de vez en cuando improvisemos, porque cambiemos un día cualquiera por uno de vacaciones (con antelación, por dios) y nos lo pasemos en la cama durmiendo, cara a Twitter, o a Facebook.

Pasa que cuando llevamos una temporada larga haciendo lo que toca, perdemos la óptica espontánea de la vida, esa sonrisilla infantil que se nos pone cuando de vez en cuando hacemos una trastada. Y eso no puede ser. Nunca hemos de perder el espíritu aventurero. Que no se pierda aquello de salgo de casa con una bolsa, sin saber ni dónde comer, ni qué ver, ni dónde cenar ni dormir.
Eso, muchas veces nos da la vida. Y es que la vida poco a poco se va, y ya que nada nos salva de la muerte, que la diversión nos salve de la vida!!

Hay que hacerle más caso al corazón que a la cabeza, siempre.
Dentro de los términos legales por favor, no vaya a ser yo defensora de la anarquía.





¡Aquí me encontraréis!

Instagram

3 comentarios:

  1. Esa agenda que conseguirla es para poner en la agenda "hoy fuiste mía", o en mi caso salir a lo gladiador de la tienda y decir la conseguí soy dios y vosotros no. Yo soy un poco pétese pan y creo q mi niño interior nunca morirá,. Un beso , sabes quien soy? Buuuuuu

    ResponderEliminar
  2. Sí sé quién eres, querida lectora xD. Te alegrará saber que yo salí de la tienda melena al viento y triunfante cuando la conseguí. Peter Pan...mi mejor amigo. Te adoro mañica mía!

    ResponderEliminar
  3. Unas verdades como puños!!! Nuestra niña infantil quiere salir a jugar jejeje

    ResponderEliminar